domingo, 13 de mayo de 2012

Capilla de Santa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (26)

El fundador de esta capilla, don Matías Mutenhoamer o Muthemohamer, llegó a Córdoba como camarero del obispo Leopoldo de Austria en 1542 y era de “nación alemán”. Al morir don Leopoldo, y temeroso de la pérdida de su beneficio por su origen extranjero, recurrió al emperador Carlos V, quien por medio de la princesa gobernadora dirigió una misiva al cabildo rogándole se le respetase. Esta carta asegura que sirvió a don Leopoldo durante unos 30 años y que antes de ser prior gozó de una prestamera en Villa Pedroche. En 1558 solicitó de los capitulares un lugar dentro de la Catedral para edificar una capilla.

La traza de su bóveda ojival de lacería, idéntica a la de la capilla de la Natividad, cuya autoría se debe a Hernán Ruiz II, debe ser atribuida a este maestro mayor, aunque su ejecución se deba a Cristobal Guerra, con quien se contrató la obra en 1569. Sus plementos no llegaron a cerrarse.

La entrada a la capilla se hacía por la nave 2 y por el lado que daba a la puerta de la Magdalena, aunque quedó cerrada por reja-tabique por el lado de la nave. La reja fue ejecutada por Fernando de Valencia en el mismo año y aparece coronada por el escudo del fundador sostenido por dos angelitos.

El retablo, de estilo plateresco, fue tallado por el escultor Briz de la Haya y el entallador Martín de la Torre, según contrato en 1569. Las pinturas, no documentadas, responden, sin duda, al estilo de los pintores locales de la época. En la predela lleva una tabla que representa el Descendimiento. Un cuadro de la Resurrección, de época posterior firmado por Rodríguez Losada, ocupaba el primer cuerpo del estrecho retablo, que se coronaba, en su segundo cuerpo, con otros más pequeños: la Ascensión en la calle central, y a los lados, Nuestra Señora de la Concepción y San Bartolomé. Cierra el retablo un crucificado flanqueado por las armas del fundador.

En 1859, por decicisión del obispo don Juan Alfonso de Alburquerque, la capilla se destinó a sacristía del Sagrario con la condición de que no se quitara el retablo, pero lo quitaron.

En lugar del cuadro de la Resurrección tiene hoy otro de la Virgen con el Niño procedente de la testamentaría de don Antonio Onieva, de Baena, conservándose fuera de lugar el de la Resurrección.

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