domingo, 13 de mayo de 2012

Capilla de San Antonio de Padua (38)

Tras algunas fundaciones anteriores, el que finalmente fue poseedor de esta capilla fue Fernando Sarmiento, racionero, natural de Lucena en 1636.

Las obras del cerramiento fueron obra del portugués Sebastián Vidal, quien finalmente fue enterrado aquí, junto con su hijo, además del racionero y sus hermanas.

El retablo de fechas que rondan el año 1636 tiene una cacterísticas poco frecuentes en relación con los retablos cordobeses de la época y se le atribuye a Sebastián Vidal. Consta de un banco, un cuerpo y ático.
El cuerpo se subdivide en tres calles por medio de columnas de fuste entorchado y capiteles compuestos.
En el centro del banco un lugar para un sagrario, un Niño Jesús de talla. La caja central está ocupada por la imagen del titular y, a ambos lados, en las entrecalles, dobles registros para lienzos. El ático mantiene la división estructural del primer cuerpo.
La calle central esta constituida por un registro para lienzo, enmarcado por un par de columnasa entorchadas y rematado en frontón partido con escudo de María en el centro, coronado por bolas en los laterales y cruz en el centro.
En los laterales, registro para lienzos, coronado por frontones partidos con las puntas enroscadas.
Las pinturas del retablo vienen siendo atribuidas al pintor cordobés Antonio Fernández de Castro Villavicencio, hechas a fines del s.XVII. En la calle lateral izquierda, San Gregorio Magno y Santa Teresa de Jesús en el lateral derecho, San Ignacio y San Francisco Javier.
En el ático San José con el Niño, Inmaculada y San Fernando. Todas con dibujo correcto, pincelada jugosa y colorido cálido y brillante.
En las hornacinas de las cuatro esquinas de la capilla, cuatro imágenes de Santa Teresa, San Juan de la Cruz (procedentes del convento de San Roque), San Joaquín y San Blas.

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