domingo, 13 de mayo de 2012

Capilla de la Santísima Trinidad (7)

El título de la capilla no aparece hasta tiempos relativamente recientes, ya que en su denominación se usó mas el apellido de la familia que gozaba el patronato. Así, en 1401 se la llama de Fernán Ruiz de Aguayo, señor de Villaverde, y a mitad del siglo XVI, capilla de Diego de Aguayo. El plano de planta de la Catedral de 1741 la llama de la Santísima Trinidad.

En el pavimento puede leerse la inscripción sepulcral de Juan de Dios Aguayo y Manrique, marqués de Santaella y señor de Villaverde y los Galapagares, hermano mayor después de los ermitaños de Córdoba con el nombre de Juan de Dios de San Antonio “por huir del (mundo) i hallar la única i verdadera felicidad”.

El retablo data de 1864 y se compone de un lienzo de José Saló, que representa a la Santísima Trinidad con rasgos muy academicistas y perfilados, arropado por un amplio manto de armiño en estuco con fondo arquitectónico de dos pilastras, arquitrabe y frontón neoclásico de escaso relieve. Se trata de la última aportación creativa, coetánea de los planteamientos restauradores románticos de la obra musulmana.

Los cerramientos laterales son de celosías mudéjares, original la del costado sur, y del siglo XIV la del costado norte, procedente del cerramiento norte de la capilla de san Ildefonso. De esta capilla proceden dos inscripciones sepulcrales nazaríes de Al-Motamid Abu-s-Sorur Mofarach y de abu-n-Naim Redhuan, traducidas por M. Casiri en Latín y R. Amador de los Ríos en castellano, cuya procedencia y fecha de llegada a Córdoba se desconocen. Ya se encontraban en esta capilla en la segunda mitad del s. XVIII. Con posterioridad las dos aparecen expuestas en el Museo de San Clemente.

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